Martes 19 de noviembre de 2024
Los candidatos a la Presidencia de la República, Yamandú Orsi y Álvaro Delgado se enfrentaron este domingo en el único debate televisivo obligatorio. Tanto el frenteamplista Orsi como el oficialista Delgado optaron por una estrategia de poca confrontación, descartando insultos, exabruptos, en un debate que pasó sin mayores elementos disruptivos y donde cada uno, casi por separado, desplegó el discurso que entendía más conveniente para su candidatura en el último tramo de la campaña electoral.
Los candidatos desarrollaron sus principales propuestas en los cinco ejes temáticos acordados previamente: desarrollo humano, que integra salud, vivienda, deporte, cultura y discapacidad; seguridad que implica convivencia, narcotráfico, cárceles; economía, donde está macroeconomía, inserción internacional y producción; educación; e innovación y trabajo, que tendrá como subtemas mercado laboral y seguridad social.
Delgado apostó a enumerar los logros del actual gobierno y presentarse como alguien capaz de profundizar ese rumbo. Uno de los puntos en los que el candidato marcó la necesidad de avanzar fue en materia de seguridad, donde señaló que un eventual gobierno del Frente Amplio significaría un retroceso en los pasos avanzados por el gobierno de Lacalle.
El candidato del oficialismo también buscó presentarse como un líder confiable en tiempos de crisis, refiriéndose a su papel durante la emergencia sanitaria y cuestionó directamente a su rival, atribuyéndole un carácter errático a su perfil y señalando varias veces que la fuerza política a la que representa está dominada por sectores radicales con lo que entiende como una fuerte incidencia ideológica en sus definiciones.
Orsi por su parte, llevó un discurso más orientado a las carencias de la actual gestión, particularmente en lo que refiere a lo que entiende como un debilitamiento de la presencia del Estado en la vida de las personas y acceso a trabajos de calidad y poder adquisitivo, haciendo referencias a su experiencia como intendente de Canelones y con propuestas y anuncios que buscaron despejar dudas o ambigüedades en torno a su candidatura.
Uno de los puntos destacados fue su compromiso a no incrementar los impuestos durante su periodo de gobierno, en un movimiento en el que marcó su autonomía respecto a su equipo económico de gobierno que había evitado confirmar ese punto y también el anuncio de otras propuesta como la posibilidad de jubilarse a los 60 años, licencias maternales para mujeres con trabajo independiente o la recuperación de la devolución de dos puntos de IVA para compras con tarjeta de débito.
En síntesis se trató de un debate con un intercambio mínimo, que si bien parece tener pocas posibilidades de impactar directamente en los indecisos, tuvo la virtud de permitir a los candidatos trascender esta instancia establecida por la ley sin grandes errores que lamentar, algo sustancial, a dos días y poco de la veda electoral, y en un escenario donde los candidatos aspiran a esa mínima ventaja que permita alcanzar el triunfo.
Esta semana se conoció la última encuesta de Cifra que otorga una intención de voto de 42% para el candidato del Frente Amplio y de un 40% para el candidato oficialista Álvaro Delgado.